Los próximos años estarán marcados por la miniaturización y descentralización: millones de dispositivos IoT de bajo consumo energético llevarán la computación y la sensorización a los lugares más insospechados. Y eso incluye el desarrollo de robots de un tamaño reducido que operen incluso en entornos subacuáticos. Además de cuestiones puramente técnicas, será preciso atender aspectos de sostenibilidad. ¿Qué pasará con todas esas máquinas cuando lleguen al final de su vida útil? Un equipo de científicos de la Universidad Carnegie Mellon en EE. UU. ha encontrado la forma de producir robots blandos que, gracias al uso de derivados de las algas, también son biodegradables. I’MNOVATION te explica en que consiste este avance tecnológico y que aplicaciones podría tener para un futuro más sostenible.
Fuente: I’MNOVATION