Las pequeñas y medianas empresas engloban el 99% de empresas en España y, las que están gestionadas por familias conforman el 89% del total, ocupan el 67% del empleo privado y su peso en la actividad económica equivale al 57% del PIB del sector privado.
A medida que la economía es más digital, estas empresas corren el riesgo de quedarse atrás respecto a otras empresas. En el caso de las empresas familiares, convencer a los miembros de la familia que forman parte de la empresa de la necesidad de modernizarse y encontrar la herramienta digital adecuada son retos clave a los que se enfrentan.
A las puertas del Día Internacional de la Empresa Familiar que se celebra en algunos países como España el 5 de octubre, estas son algunas de las numerosas conclusiones que se extraen del estudio ‘Pymes familiares de Europa en la economía digital’ de Mastercard que analiza los retos de la digitalización de este tipo de empresas, los roles que cumplen las diferentes generaciones de la familia dentro de la misma o los beneficios que supone tener una empresa familiar.
La transformación digital es todo un reto para las empresas familiares españolas. Para casi el 30% ha sido el mayor desafío al que se ha enfrentado su negocio en el último año. El 50% quiere dar un mejor uso a las herramientas digitales para transformar su negocio y, apenas el 29% de estas empresas creen estar preparadas para operar en una economía digital.
Desde la pandemia, el 48% de las empresas familiares españolas asegura haber incrementado el uso de pagos digitales, superando la media europea (47%). Pero según el estudio de Mastercard, el 25% afirma no saber qué recursos digitales y qué tecnologías podrían ser las mejores para su crecimiento empresarial. Además, la ciberseguridad (56%), la privacidad (45%) y la conexión a internet (28%) son algunos de los factores clave que llevan a las empresas familiares a no implementar soluciones digitales en sus negocios.
Gestionar una empresa junto a varios familiares supone un reto que puede hacer que la modernización de la compañía sea más difícil. Entre los problemas más comentados destaca la incertidumbre sobre el futuro del negocio (39%) y las preocupaciones financieras (39%), seguido de la imposibilidad de adaptarse a los tiempos y de probar cosas nuevas (34%), especialmente visible en las generaciones mayores, y las relaciones personales entre los diferentes miembros de la familia (32%).
Entre las facilidades de pertenecer a una empresa familiar, el estudio arroja que las empresas familiares tienen una relación más estrecha con sus clientes (69%), hacen operaciones más eficientes (44%), tienen mayor resiliencia y adaptabilidad (42%) y toman decisiones más rápidamente (33%).
Además, en relación con las actividades que favorecen el crecimiento del negocio, los encuestados señalan que contar con más formación (50%), mejorar el manejo de sus herramientas digitales (50%), los cambios en la regulación actual (42%), el acceso a financiación (32%) y la posibilidad de tener sesiones de orientación empresarial (22%), ayudarían a su desarrollo y crecimiento empresarial.
Pese a estas preocupaciones en cuanto a la digitalización, al ser preguntadas por el método de pago preferido para su negocio, las empresas familiares españolas prefieren el pago con tarjeta o de otros métodos digitales en un 34% y 30%, respectivamente. Una cifra que supera a las empresas no familiares que se decantan por las transferencias bancarias en un 40%, seguido del pago con tarjeta (28%) y los métodos digitales (18%).
En cuanto a la implementación de soluciones digitales y nuevos métodos de pago para el próximo año, el 39% de las empresas familiares españolas quiere implementar soluciones de pago digital en su negocio y el 28% planea crear su propia tienda online.
En este punto, entran también en juego las diferentes generaciones que forman parte de las empresas familiares españolas. Según los encuestados, las generaciones mayores (43-58 años) están menos abiertas a innovar en su negocio, implementar nuevas tecnologías, métodos o procesos. Para el 60%, aquellos integrantes de las empresas familiares de entre 27 y 42 años son los más dispuestos a implementar nuevas soluciones para mejorar su negocio.
Según Paloma Real, directora general de Mastercard España: »las empresas familiares son el motor de la economía europea y española y han demostrado una notable resistencia en tiempos difíciles. Sin embargo, muchas de ellas, especialmente las familiares, necesitan un apoyo adicional para poder desarrollar su actividad en un contexto de constante transformación. Sin esta ayuda, corremos el riesgo de que las pymes familiares de nuestro país no puedan satisfacer las nuevas demandas de los consumidores al mismo tiempo que continúan siendo competitivas».